Evitar la exposición prolongada al sol y proteger la piel con cremas hidratantes.
Mantener una alimentación equilibrada y asegurar un consumo adecuado de vitamina K.
Evitar el consumo excesivo de alcohol y medicamentos que puedan afectar la coagulación de la sangre.
En resumen, los moretones sin golpe pueden tener diversas causas, desde problemas con la circulación y la coagulación hasta deficiencias nutricionales o condiciones médicas subyacentes. Es importante identificar la causa para determinar si se necesita tratamiento, y consultar a un médico si los moretones son recurrentes, dolorosos o están acompañados de otros síntomas.