Incluso sus bigotes no son solo adorno: funcionan como sensores. Detectan vibraciones, corrientes de aire y distancias exactas. Es como si el gato tuviera su propio radar natural.
Y por si fuera poco… su cerebro procesa informaciĂłn emocional de manera muy similar a la humana. SĂ. Cuando tu gato te mira y parpadea lento…
no es casualidad. Es su forma de decirte “te quiero”.
Por todo eso, muchos cientĂficos creen que los gatos son una de las máquinas biolĂłgicas más perfectas del planeta.
Criaturas que no solo desafĂan las leyes de la fĂsica, sino que tambiĂ©n sanan, acompañan y entienden más de lo que imaginamos.