Parece una posiciĂłn de descanso… pero en realidad es una de las posturas más poderosas para curar tu cuerpo. 

– La sangre y la linfa que se estancan en tus piernas comienzan a fluir de nuevo hacia el corazón y el cerebro.
– Tu sistema nervioso se calma, el ritmo cardĂaco desciende y el cuerpo entra en modo “reparaciĂłn”.