Las personas con demencia pueden perder la noción del tiempo con facilidad. A veces olvidan qué día es, en qué mes están o incluso cómo llegaron a cierto lugar. Puede que salgan de casa y se desorienten en un sitio que conocen desde hace años. Esa desubicación es más común de lo que parece en las etapas tempranas.
4. Dificultad para realizar tareas cotidianas
Tareas simples como encender la televisión, preparar café o usar el celular pueden convertirse en un reto. No es que la persona haya olvidado por completo cómo hacerlo, sino que necesita más tiempo o comete errores que antes no ocurrían. Poco a poco, esas pequeñas fallas van limitando su independencia.
5. Problemas con el lenguaje y la comunicación
Otra señal frecuente es tener dificultad para encontrar las palabras adecuadas o seguir una conversación. Puede quedarse a mitad de una frase, repetir lo mismo varias veces o usar palabras incorrectas sin darse cuenta. A veces, la persona se frustra porque sabe lo que quiere decir, pero no logra expresarlo.
6. Objetos fuera de lugar y dificultad para volver sobre los pasos
Dejar objetos en lugares inusuales es algo muy característico. Por ejemplo, poner las llaves en el refrigerador o el control remoto en el baño. Luego, al no recordar dónde los dejó, puede pensar que alguien se los ha robado. Estos episodios de confusión suelen ser frustrantes tanto para la persona como para su entorno.
7. Cambios en el estado de ánimo o la personalidad
La demencia no solo afecta la memoria, también cambia la forma en que la persona reacciona ante el mundo. Puede volverse más irritable, ansiosa, desconfiada o incluso apática. Alguien que antes era sociable y alegre puede empezar a evitar reuniones, mostrarse indiferente o reaccionar con enojo sin motivo aparente.
8. Falta de juicio o decisiones poco acertadas
Una persona con demencia puede empezar a tomar decisiones que no tienen sentido. Por ejemplo, gastar grandes sumas de dinero en cosas innecesarias, abrir la puerta a desconocidos o vestirse con ropa inadecuada para el clima. Esta pérdida del sentido común suele ser una de las señales que más preocupan a los familiares.
9. Aislamiento social y pérdida de interés en actividades