4. Fiebre y escalofríos
Una fiebre baja acompañada de escalofríos es uno de los síntomas más comunes del VIH. Esta fiebre, que puede durar de una a dos semanas, indica que el sistema inmunitario está reaccionando contra el invasor.
5. Dolor de garganta
A diferencia de las infecciones bacterianas, el dolor de garganta relacionado con el VIH no suele presentarse con manchas blancas ni secreciones. En cambio, la garganta puede enrojecerse intensamente, lo que refleja la inflamación del cuerpo.
6. Inflamación de ganglios linfáticos
La inflamación de los ganglios linfáticos, especialmente en el cuello y las axilas, es una respuesta común del sistema inmunitario al VIH. Estos ganglios se agrandan debido al intenso trabajo de las células inmunitarias.
7. Diarrea
El VIH puede afectar el sistema digestivo, comprometiendo la absorción de nutrientes. Este efecto puede provocar episodios de diarrea persistente, lo que perjudica aún más la salud general del paciente.
8. Úlceras bucales
Las dolorosas úlceras bucales pueden aparecer como una respuesta inflamatoria del organismo. Son sensibles, especialmente al consumir alimentos ácidos, y pueden aparecer por otras razones, pero requieren atención médica.
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9. Dolor articular
Las articulaciones pueden doler, especialmente en brazos, piernas y dedos. Este dolor se produce como una respuesta inflamatoria del sistema inmunitario al VIH y puede afectar significativamente la calidad de vida.
10. Pérdida de peso inesperada
En los casos en que el VIH no se trata, puede producirse una pérdida de peso significativa. Esto se debe a la disminución del apetito y a la dificultad del cuerpo para absorber nutrientes. La pérdida de peso prolongada e involuntaria es una señal que requiere atención inmediata.
VIH y SIDA: Diferencias y diagnóstico
El VIH ataca las células del sistema inmunitario, debilitando el cuerpo con el tiempo. Cuando la inmunidad se reduce gravemente, la infección progresa a SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). Algunas personas pueden no presentar síntomas de VIH hasta por 10 años, pero el virus continúa multiplicándose silenciosamente. Por lo tanto, el diagnóstico definitivo se realiza mediante análisis de sangre específicos que detectan anticuerpos contra el virus.
Tras el diagnóstico, el tratamiento antirretroviral es esencial para controlar el VIH, fortalecer el sistema inmunitario y mejorar la calidad de vida.
