2. La aparición de pequeñas protuberancias

Las personas con diabetes pueden desarrollar niveles altos de triglicéridos, un tipo de grasa que circula en el torrente sanguíneo. Un nivel elevado de triglicéridos puede causar una afección conocida como xantomatosis eruptiva , que se manifiesta como pequeñas protuberancias en la piel. En pieles más claras, estas protuberancias pueden tener un aspecto amarillento, mientras que en pieles más oscuras suelen tener un aspecto grisáceo. Estas protuberancias, que se encuentran comúnmente en muslos, glúteos, rodillas y codos, suelen picar y ser dolorosas.
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3. Sentirse inusualmente agotado

Si bien el cansancio ocasional es normal, especialmente en épocas de mucho trabajo, la fatiga asociada con la diabetes es persistente y no desaparece ni siquiera después de descansar. Tanto la diabetes tipo 1 como la tipo 2 pueden causar fatiga por diversas razones: fluctuaciones en los niveles de azúcar en sangre, efectos secundarios de medicamentos o sobrepeso. La fatiga crónica no debe ignorarse y puede ser un signo clave de diabetes subyacente.
4. Manchas oscuras en la piel

Las manchas oscuras y aterciopeladas en la piel, generalmente presentes en el cuello, las axilas o las ingles, pueden indicar una afección llamada acantosis nigricans . Esta decoloración no desaparece con el agua y puede ser uno de los primeros signos de prediabetes o diabetes, a menudo relacionada con la resistencia a la insulina. Si bien no es contagiosa y también puede presentarse en personas sin diabetes, aun así debe ser evaluada por un profesional de la salud.
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5. Sed excesiva y micción frecuente

La sed constante, acompañada de micción frecuente, es uno de los primeros síntomas más comunes de la diabetes. Cuando el nivel de azúcar en la sangre aumenta, los riñones trabajan arduamente para filtrar el exceso de glucosa. Al verse sobrecargados, liberan el exceso de azúcar en la orina. Este proceso extrae líquidos del cuerpo, causando deshidratación y desencadenando sed persistente.
6. Visión borrosa
Un nivel de azúcar en sangre descontrolado puede dañar los vasos sanguíneos y los nervios, incluidos los que conectan con los ojos. Esto puede provocar afecciones como retinopatía diabética, edema macular, glaucoma y cataratas. La inflamación del cristalino también puede causar visión borrosa. Los médicos suelen recomendar estabilizar el nivel de azúcar en sangre antes de comprar gafas nuevas, ya que las fluctuaciones en los niveles de azúcar pueden afectar la precisión visual.
7. Heridas que sanan lentamente