Exceso de sal
Consumir demasiado sal en nuestra dieta puede dañar gravemente nuestros riñones. Cuando consumimos demasiada sal, nuestro cuerpo tiende a retener tanto agua como sal. Esta retención provoca un aumento de la presión arterial, lo que puede dañar los riñones. Además, cuando los riñones no logran eliminar el exceso de sal y agua, puede provocar hinchazón y edema, especialmente en las manos, piernas y pies. Por tanto, es fundamental controlar y reducir el consumo de sal para mantener la salud renal.
Deshidratación
Alcohol
El consumo regular y excesivo de alcohol está fuertemente relacionado con un mayor riesgo de enfermedad renal crónica. Beber más de cuatro tragos al día puede duplicar este riesgo. Además, combinar alcohol con fumar aumenta aún más la probabilidad de desarrollar problemas renales. El exceso de alcohol puede afectar la función renal y contribuir al deterioro a largo plazo de la salud renal.
Alimentos procesados
Los alimentos procesados suelen tener un alto contenido de sodio y fósforo, dos elementos que pueden ser perjudiciales para las personas con enfermedad renal. Además, estos alimentos suelen contener altos niveles de carbohidratos y grasas no saludables, lo que puede provocar inflamación en el cuerpo, incluidos los riñones. Por tanto, es aconsejable limitar el consumo de alimentos procesados para preservar la salud renal.