Refrescos
Los refrescos y las bebidas energéticas suelen contener altas cantidades de azúcar, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar cálculos renales. Incluso los refrescos dietéticos, que contienen edulcorantes artificiales, se han relacionado con la función renal deteriorada. Además, los altos niveles de ácido fosfórico que se encuentran en los refrescos pueden contribuir a la acidosis, una afección que puede provocar daño renal y, en casos graves, insuficiencia renal.
Cafeína
El consumo excesivo de cafeína puede sobrecargar los riñones porque tienen que trabajar más para filtrarla del sistema. La cafeína también tiene un efecto diurético, lo que significa que requiere que los riñones eliminen más agua, lo que puede causar deshidratación. Esta deshidratación puede dañar gradualmente los riñones. Además, el consumo excesivo de cafeína también se ha relacionado con niveles prolongados de estrés y aumento de la presión arterial, aumentando así el riesgo de daño renal.