4. Clavo y jengibre: mejoran la digestión y reducen las náuseas.
¿Por qué?: El jengibre calma el estómago; el clavo reduce los gases y la hinchazón.
¿Cómo?: Hierve a fuego lento 1 cucharadita de jengibre rallado y 3 clavos en agua. Cuela y bebe después de las comidas.
5. Clavo de olor y leche: refuerza el sistema inmunitario y favorece el sueño.
¿Por qué?: El aceite de clavo de olor fortalece los glóbulos blancos; la leche contiene triptófano, que favorece el sueño.
¿Cómo?: Calienta 250 ml de leche con 2 clavos de olor. Tómalo antes de acostarte.
6. Clavo y cúrcuma: reducen la inflamación y alivian la artritis.
¿Por qué?: La cúrcuma bloquea las vías inflamatorias; el clavo mejora su absorción.
¿Cómo?: Mezcla 1 cucharadita de cúrcuma y 2 clavos machacados en agua caliente. Añade una pizca de pimienta negra.
7. Clavo y limón: desintoxican el hígado y refrescan el aliento.
¿Por qué?: El limón estimula las enzimas hepáticas; el clavo neutraliza toxinas y bacterias.
¿Cómo?: Exprime medio limón en agua tibia y añade 3 clavos. Tómalo en ayunas.