Cualquier sangrado inusual, como en heces, orina o vómito, requiere atención inmediata, ya que puede estar relacionado con daño interno o tumores activos.
La hinchazón en piernas, tobillos o abdomen es una señal importante, ya que puede indicar retención de líquidos, daño hepático o problemas cardíacos.
Los cambios repentinos en el apetito, como no poder comer por náuseas intensas o sensación de llenura constante, pueden significar complicaciones digestivas.
La aparición de nuevos bultos o masas en el cuerpo nunca debe ignorarse, incluso si son pequeños, porque podrían representar crecimiento de tumores secundarios.
La tos persistente, especialmente si empeora o produce sangre, debe reportarse de inmediato porque puede indicar infección o afectación pulmonar.
Los pacientes con cáncer también deben estar alertas a la ictericia, que es el color amarillo en piel u ojos, ya que puede indicar daño hepático o bloqueo en conductos biliares.