La confusión, mareos o problemas para concentrarse pueden sugerir alteraciones metabólicas, deshidratación o efectos secundarios severos de medicamentos.
Cualquier cambio repentino en la visión, como visión borrosa o puntos ciegos, puede indicar afectación neurológica o presión intracraneal elevada.
La pérdida de fuerza en brazos o piernas o dificultad para caminar puede ser signo de daño neurológico y requiere evaluación urgente.
La diarrea o vómitos persistentes por más de 24–48 horas pueden causar deshidratación severa y afectar la eficacia del tratamiento.
Los pacientes no deben ignorar la inflamación o enrojecimiento alrededor de catéteres, puertos o zonas de inyección, ya que podría tratarse de infección.
Un signo importante es la dificultad para tragar, que puede indicar irritación por tratamiento, obstrucción o inflamación interna.
La orina muy oscura, con olor fuerte o muy poca cantidad puede ser señal de daño renal o deshidratación severa.