Controla la sal y el azúcar: si haces tu escabeche en casa, tienes la ventaja de ajustar estos ingredientes según tu gusto o necesidades (por ejemplo, reducir sal si tienes restricción).
Experimenta con verduras y proteínas: aunque las recetas aquí presentadas son vegetales y bulbos, la técnica es amplia —puedes escabechar pescados, carnes blancas, hongos, berenjenas, pimientos—.
Combina sabores: escabeches ácidos contrastan muy bien con alimentos grasos o suaves. Sirven como guarnición, entrada, picada o para dar un toque final a un plato.
Conservación: si sigues buenas prácticas, tus escabeches pueden durar varios días en la heladera (véase fuente que menciona hasta 30 días para escabeches vegetales).
Personaliza tu mezcla: cambia hierbas (orégano, tomillo, romero), juega con ají o pimienta, ajusta el vinagre (podés usar de manzana, blanco o incluso de vino suave) para variar el perfil de sabor.
Sirve correctamente: al momento de consumir, saca sólo la porción que vas a usar, y deja el resto refrigerado. Esto ayuda a mantener la calidad del resto del escabeche.
Al incorporar estos escabeches en tu cocina tendrás preparaciones listas que elevan cualquier plato, ya sea como guarnición, para picadas, para un sándwich distinto o simplemente como un snack sabroso.