5 beneficios de la alcachofa de Jerusalén: Una nutricionista explica por qué deberías comerla

La característica distintiva de la alcachofa de Jerusalén es, sin duda, su alto contenido en inulina, una fibra dietética soluble perteneciente a los fructooligosacáridos (FOS), presente también en otras verduras como la achicoria, la cebolla, el ajo, el puerro, los espárragos, las manzanas y las alcachofas, así como en los cereales integrales. Dado que la inulina no es digerida por enzimas, fermenta en el intestino y actúa como prebiótico, nutriendo las bacterias beneficiosas y estimulando su crecimiento y actividad.

Precisamente por ello, la alcachofa de Jerusalén es un excelente complemento para la microbiota intestinal, mejora la digestión y contribuye a un sistema inmunitario sano.

2. Ayuda a mantener un peso saludable y niveles de azúcar en sangre.
La alcachofa de Jerusalén es un alimento bajo en calorías, ideal si intentas perder peso o simplemente cuidas tu figura. Su alto contenido en agua y fibra, junto con la potente acción de la inulina, ayuda a retardar el vaciado gástrico y prolonga la sensación de saciedad. Con un índice glucémico moderado, ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre y los regula de forma más eficiente y suave, evitando picos repentinos.

Por esta razón, también puede ser consumida con seguridad por personas diabéticas, resistentes a la insulina o que siguen una dieta baja en glucemia.

3. Ayuda al corazón.
“Al ser rica en potasio, también puede ayudar a…

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