Llena un vaso transparente con agua y deja caer una cucharada de miel en el centro sin remover.
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Miel auténtica: baja hasta el fondo y mantiene su forma.
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Miel falsa: se disuelve antes de llegar al fondo, señal de que contiene aditivos.
3. Prueba de cristalización
La miel pura tiende a cristalizarse de forma natural, sobre todo en climas fríos o cuando la temperatura baja de los 14 °C.
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Miel auténtica: se vuelve más espesa y presenta pequeños gránulos, sin perder sus propiedades.
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Miel falsa: permanece líquida durante todo el año, lo que puede indicar tratamiento térmico o mezcla con azúcares.
4. Prueba del papel
Coloca unas gotas de miel sobre un papel o servilleta limpia.
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Miel auténtica: permanece en la superficie sin esparcirse ni humedecer el papel.
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Miel falsa: deja un halo húmedo debido a la presencia de agua o jarabes.