8 hábitos en el baño que arruinan tu sensación de frescura (y cómo corregirlos)

Con los años nuestro cuerpo cambia: la piel se vuelve más fina, las hormonas se modifican y hasta la manera en que sudamos es diferente. Eso puede hacer que, aun siendo muy limpias y cuidadosas, un día nos preguntemos en silencio:

“¿Por qué siento que ya no huelo tan fresca como antes… si hago todo igual?”

La buena noticia es que, en la mayoría de los casos, no se trata de suciedad ni de falta de higiene, sino de pequeños hábitos diarios que, sin darnos cuenta, juegan en contra de nuestra propia frescura.

En este artículo vas a descubrir 8 costumbres muy comunes en el baño que pueden estar afectando tu olor corporal… y, sobre todo, qué cambios sencillos puedes hacer para volver a sentirte cómoda en tu piel.

¿Por qué cambia el olor corporal con la edad?
A medida que pasan los años:

La piel se adelgaza y se vuelve más frágil, por lo que las bacterias encuentran un “hogar” más fácil donde vivir.

Tras la menopausia, las hormonas se modifican y eso cambia el funcionamiento de las glándulas sudoríparas.

El proceso natural de exfoliación se vuelve más lento: las células muertas se acumulan con más facilidad, especialmente en pliegues y zonas que a veces olvidamos.

Todo esto no significa que estás sucia o “descuidada”.
Significa que tu cuerpo está evolucionando y necesita un tipo de cuidado diferente, más suave y consciente.

8 hábitos en el baño que pueden empeorar tu olor sin que lo notes
1. Usar demasiado jabón en la zona íntima
La piel de la zona íntima es mucho más delicada que la del resto del cuerpo. Además, la vagina tiene su propio sistema natural de limpieza y un equilibrio de bacterias “buenas” que la protegen.

Cuando usamos:

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