Si tu abuela era como la mía, sabía cómo transformar ingredientes simples en un festín lleno de amor y sabor. Las albóndigas caseras son uno de esos platos que despiertan recuerdos y llenan la casa de aromas irresistibles. Hoy te comparto los secretos mejor guardados de la Nonna para que tus albóndigas queden jugosas, sabrosas y perfectas.
1. La Grasa Hace la Diferencia
La jugosidad de las albóndigas no viene solo de las especias, sino de la grasa en la carne. Para obtener la textura ideal, utiliza una mezcla 50/50 de carne de res y cerdo, o incluso añade ternera para un sabor más delicado. La grasa asegura que cada bocado sea tierno y suculento.