Los médicos de la antigüedad lo usaban con notable eficacia para tratar diversos problemas de salud rociándolo en zonas específicas del cuerpo. Esta antigua práctica, olvidada durante mucho tiempo, está resurgiendo gracias a sus excepcionales propiedades curativas.
Tratando los labios agrietados con aceite de ricino
Los labios agrietados son un problema frustrante, especialmente cuando ningún bálsamo labial parece ofrecer un alivio duradero. El aceite de ricino es una solución excepcional. Con la edad, nuestros labios se vuelven más frágiles y vulnerables a las inclemencias del tiempo, ya sea el frío invernal o el intenso sol del verano.
A diferencia del resto de la piel, los labios no tienen glándulas sebáceas que mantengan su hidratación natural. El aceite de ricino, rico en ácidos grasos esenciales y vitamina E, proporciona una hidratación profunda y natural a los labios. Simplemente rocía una o dos gotas en las yemas de los dedos y aplícalas suavemente sobre los labios antes de acostarte. Dado que la noche es el momento óptimo para que la piel absorba los nutrientes, despertarás con unos labios suaves y tersos.
Talones agrietados y secos
Gracias a su rica consistencia, el aceite de ricino es un potente remedio para los talones agrietados, hidratando profundamente la piel. Su textura espesa penetra las capas más profundas de la epidermis, reteniendo la humedad y promoviendo la curación.