Mi lasaña favorita: con berenjena y ricotta en lugar de bechamel, ligera pero súper cremosa; ¡se ha convertido en mi plato estrella!

La lasaña de berenjena es un plato que cautiva a primera vista y al primer bocado: rica, fibrosa y aromática, pero mucho más ligera que la versión clásica con bechamel. Es la opción ideal cuando se quiere llevar algo especial a la mesa sin que resulte pesado. La berenjena es la protagonista, alternando con una delicada crema de ricotta y una salsa de tomate con infusión de albahaca, que aporta frescura y evoca los sabores típicos de la cocina mediterránea.

Este plato es perfecto para una cena familiar de domingo, pero también para una cena con invitados: una presentación preciosa, un placer para compartir y fácil de preparar con antelación, ya que se puede montar incluso unas horas antes de cocinarlo. Cada capa logra un equilibrio perfecto entre cremosidad y ligereza, convirtiendo la lasaña de berenjena en un manjar que rezuma tradición y autenticidad.

Lasaña de berenjena sin bechamel: cremosa, fibrosa y ¡perfecta incluso al día siguiente! Lasaña de berenjena

Tiempo de preparación: 20 minutos

Reposo de la berenjena: 10 minutos

Cocción: 50 minutos (20 + 30)

Tiempo total: ~1 hora y 20 minutos

Raciones: 4

Calorías
Aproximadamente 370 kcal por ración (varía según el tipo de queso utilizado).

Ingredientes
4 láminas de lasaña (precocidas, mejor)

500 g de ricotta (también se recomienda ricotta light)

2 berenjenas grandes

2 huevos

300 g de salsa de tomate

100 g de queso Emmental o Leerdammer rallado (o Galbanino light)

2 dientes de ajo rallados

2 cucharadas de queso parmesano rallado

Aceite de oliva virgen extra al gusto

Albahaca fresca al gusto

Chile al gusto

Sal y pimienta al gusto

Preparación
1. Preparar las berenjenas

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