El duelo por la muerte de un ser querido a menudo se siente como vivir dentro de una niebla. En medio de esta confusión emocional, muchas personas sienten una necesidad repentina de ordenar, de eliminar los recuerdos físicos que ahora les provocan dolor. Pero antes de tirar cajas o vaciar cajones, vale la pena detenerse, porque algunas cosas pueden ofrecerte un consuelo tranquilo cuando más lo necesitas.
Algunas de las pertenencias más comunes pueden adquirir un profundo significado personal después de la muerte de alguien. Puede que no tengan valor económico, pero a menudo conllevan recuerdos y una conexión emocional que se vuelven más importantes con el tiempo.
Antes de limpiar cajones o vaciar armarios, aquí hay cuatro cosas que nunca debes tirar después de que un ser querido se haya ido, por muy pequeñas o insignificantes que puedan parecer en ese momento.
1. Su voz en papel
Las notas, tarjetas o cartas escritas a mano por un ser querido pueden parecer pequeños detalles, pero a menudo tienen un valor emocional duradero. Con el tiempo, incluso un mensaje breve o una tarjeta firmada pueden convertirse en algo que agradecerás haber conservado.
«Algunos de mis objetos más preciados son las cartas que me escribió mi madre. Ver su letra y leer sus palabras me hace sentir conectada con ella. Anhelo tener más conexiones como esta», escribe una mujer que perdió a su madre a causa del cáncer en un blog de apoyo para el duelo.
Volver a ver su letra, ya sea en una tarjeta de cumpleaños o en una nota que dejaron, puede resultar inesperadamente reconfortante. Estos objetos pueden ofrecer consuelo y una sensación de conexión, especialmente en los días difíciles.
En lugar de tirarlos demasiado pronto, considera guardarlos en una caja o carpeta. Pueden convertirse en un recuerdo significativo de la persona que echas de menos.