Japón es un país que combina tradición y modernidad, y su población ha logrado alcanzar una de las mayores esperanzas de vida del mundo, con un promedio de más de 84 años. Pero no se trata solo de vivir más, sino de envejecer con vitalidad, energía y buena salud. Su secreto no está en fórmulas mágicas, sino en hábitos diarios simples, equilibrados y sostenibles.
A continuación, te compartimos seis prácticas japonesas que ayudan a prolongar la vida y a mantener la piel joven durante más tiempo.
1. Comer hasta sentirse 80% satisfecho
En Japón existe el principio del “Hara Hachi Bu”, que significa detenerse de comer cuando se ha alcanzado el 80% de saciedad. Este hábito reduce el riesgo de sobrepeso, mejora la digestión y ayuda a activar procesos celulares que retrasan el envejecimiento. Comer despacio, en pequeñas porciones y con atención plena, permite disfrutar más de los alimentos y evitar excesos.
2. El poder del miso y las sopas
Las sopas, especialmente el miso, son parte esencial de la dieta japonesa. Este alimento, hecho a base de soja fermentada, es rico en probióticos, antioxidantes y nutrientes que benefician la salud intestinal y fortalecen el sistema inmunológico. Una sopa ligera antes de las comidas ayuda a controlar el apetito y favorece una mejor digestión.
3. Menos sal y menos aceite
En algunas regiones japonesas se descubrió que reducir el consumo de sal a menos de 1 gramo por día y limitar el aceite a una sola cucharadita marcó una gran diferencia en la salud cardiovascular. En lugar de recurrir a la sal o grasas en exceso, prefieren hierbas, algas y alimentos ricos en umami para realzar los sabores.
4. Caminar como estilo de vida
A diferencia de otras culturas que priorizan los gimnasios, los japoneses integran la actividad física en la vida diaria. Caminar al trabajo, moverse en transporte público o pasear por los parques son prácticas comunes que no solo mejoran la salud física, sino también la mental.