Ser madre es una experiencia única y profunda. Pero a los 53 años, y ya siendo madre y abuela, lo último que esperaba Ana era volver a vivir esa etapa. La noticia la sacudió por completo. No solo le preocupaba la reacción de su hija, sino también la idea de criar niños nuevamente, esta vez sola y con menos fuerzas.
Un secreto que no podía ocultar por mucho tiempo
Ana había estado saliendo con Ernesto, un viejo compañero del colegio con quien se había reencontrado por redes sociales. Aunque su hija Laura sabía que su madre estaba en una nueva relación, jamás imaginó lo que estaba a punto de descubrir.
Ana decidió llamarla y contarle todo, incluyendo una ecografía. El embarazo era real.