Muchas personas creen que el azúcar en sangre solo se controla con la alimentación o el ejercicio, pero lo que haces antes de dormir puede influir más de lo que imaginas. Incluso con comidas saludables y medicación adecuada, es común despertar con niveles altos sin explicación aparente.
Esto ocurre porque el cuerpo sigue trabajando durante la noche, y algunos hábitos nocturnos pueden elevar la glucosa sin que te des cuenta.
A continuación, encontrarás cinco hábitos simples que ayudan a mantener el azúcar estable durante la noche sin estrés ni cambios radicales.
1. Duerme más temprano y mejor
Un buen sueño actúa como un regulador natural del azúcar.
Dormir poco aumenta la resistencia a la insulina, lo que provoca que amanezcas con niveles altos aunque hayas comido bien.
Consejos prácticos: