Una versión refrescante del clásico cheesecake que no necesita horneado: la acidez y el aroma tropical de la piña equilibran la cremosidad del queso y la ligereza de la crema. Ideal para verano, reuniones o cuando quieres un postre espectacular sin encender el horno.
Ingredientes
Para la base
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2 tazas de galletas tipo María trituradas (≈ 200 g)
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½ taza de mantequilla derretida (≈ 115 g)
Para el relleno
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2 tazas de queso crema a temperatura ambiente (≈ 400–450 g)
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1 taza de azúcar granulada (ajusta al gusto)
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1 cucharadita de extracto de vainilla
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2 tazas de piña triturada y muy bien escurrida (fresca o en lata en su jugo, ≈ 300–350 g)
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1 taza de crema para batir fría (≈ 240 ml)
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¼ taza de azúcar glas (para la crema batida)
Para decorar (opcional)
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Trozos de piña fresca, hojas de menta, jarabe de piña o coco rallado tostado
Nota: si quieres un cheesecake más firme (útil en climas cálidos o para transporte), disuelve 2 cucharaditas de gelatina neutra en 3–4 cucharadas de agua caliente y agrégala al queso crema (templa un poco antes de mezclar).