Si alguna vez has notado dos pequeñas hendiduras en la parte baja de la espalda, justo encima de los glúteos, quizá te hayas preguntado qué significan. Comúnmente conocidas como “hoyuelos de Venus” en las mujeres y “hoyuelos de Apolo” en los hombres, estas pequeñas hendiduras han fascinado tanto a los científicos como al público en general durante siglos. Mientras que algunos las ven como algo puramente estético, otros creen que son un signo de buena salud, belleza o incluso suerte genética. Pero la verdadera pregunta es: ¿por qué solo algunas personas las tienen?
El papel de la anatomía
Las hendiduras de la espalda se forman donde la piel se une a las estructuras subyacentes por un ligamento corto. Se ubican directamente sobre las articulaciones sacroilíacas, la zona donde la pelvis se conecta con la columna vertebral. A diferencia del tono muscular o la distribución de la grasa, estas hendiduras no son algo que se pueda lograr simplemente con “ejercicios”. En cambio, son el resultado de la estructura corporal y de cómo la piel se adhiere a los tejidos más profundos. En otras palabras, su presencia o no se decide, en gran medida, incluso antes de nacer.
