¿Existe realmente un alimento capaz de prolongar la vida? La historia de Emma Morano, una mujer italiana nacida en 1899, parece demostrar que sí. Fue reconocida oficialmente como la persona más longeva del planeta, y su secreto no era una costosa dieta ni una rutina estricta, sino algo tan simple como un hábito alimenticio que mantuvo durante más de un siglo.
Emma atravesó tres siglos, vio guerras, cambios de era y revoluciones tecnológicas. Sin embargo, su vitalidad y lucidez sorprendían a médicos y científicos. Su testimonio se convirtió en un verdadero legado sobre cómo los pequeños gestos diarios pueden marcar una gran diferencia en la salud y la longevidad.