Durante una visita a Mendoza descubrí una receta que me cautivó desde el primer bocado: las tortitas raspaditas, un emblema de la cocina cuyana que se vende en panaderías, ferias y puestos callejeros. Se disfrutan en el desayuno, con mate o café, o incluso como acompañamiento de una comida salada. Son simples, rústicas y con un sabor inconfundible gracias a su ingrediente estrella: la grasa vacuna