Siempre creí que las cucharas solo servían para comer o, en el peor de los casos, para golpear el plato y llamar la atención de los demás en la casa. Pero todo cambió el día en que mi vecina abrió el congelador y sacó de allí una cuchara completamente helada.
Sorprendido, le pregunté qué estaba haciendo. Ella me sonrió y me dijo:
— No es solo por capricho, este truco te va a sorprender. Pronto me lo agradecerás.
Después de escuchar su explicación y probarlo por mí mismo, ahora siempre guardo una cuchara en el congelador. ¿Por qué? Porque tiene usos increíbles tanto para la salud como para la vida cotidiana.