Con el paso de los años, el cuerpo humano atraviesa cambios inevitables: disminución de energía, pérdida de flexibilidad, dolores articulares y, uno de los más silenciosos pero peligrosos, la pérdida de masa muscular.
Este proceso, conocido como sarcopenia, suele comenzar alrededor de los 40 años y se acelera a partir de los 60.
Lo más preocupante es que muchas personas mayores ni siquiera se dan cuenta de que sus músculos se están debilitando hasta que aparecen las consecuencias: cansancio extremo, caídas frecuentes, dificultad para subir escaleras o incluso para levantarse de una silla.
Pero la buena noticia es que existe un alimento sencillo, económico y ampliamente disponible que puede marcar la diferencia en la salud muscular de los adultos mayores: la proteína.
🥩 ¿Por qué la proteína es el alimento clave?
Los músculos están formados en gran parte por proteínas. Cada día, el cuerpo descompone y reconstruye tejido muscular. En los adultos mayores, este proceso de “reconstrucción” se vuelve más lento, y si no reciben suficiente proteína en la dieta, el cuerpo empieza a perder músculo progresivamente.
La proteína no solo sirve para mantener músculos fuertes, sino que también:
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Ayuda a conservar la independencia y movilidad.
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Refuerza el sistema inmunológico.
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Contribuye a la cicatrización y regeneración de tejidos.
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Previene fracturas, ya que músculos fuertes protegen mejor los huesos.
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⚠️ ¿Qué pasa cuando falta proteína en la dieta?
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Pérdida de fuerza y energía.
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Mayor riesgo de caídas y fracturas.
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Recuperación lenta después de enfermedades o cirugías.
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Sistema inmune debilitado.
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