El cuerpo está diseñado para moverse. Cuando pasamos muchas horas sentados o realizamos poca actividad física, los músculos se debilitan y las articulaciones pierden flexibilidad. Esto afecta especialmente a las piernas y la zona media (abdomen y espalda baja), que son claves para mantener la postura y la estabilidad.
🟢 Qué hacer:
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Caminar entre 20 y 30 minutos diarios a paso suave o moderado.
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Realizar ejercicios de estiramiento o movilidad articular cada mañana.
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Practicar yoga, pilates o tai chi, disciplinas que fortalecen el equilibrio y la coordinación.
2️⃣ Uso inadecuado del calzado
Un error más frecuente de lo que parece es utilizar zapatos inadecuados: demasiado sueltos, altos o con suelas lisas. Estos tipos de calzado aumentan el riesgo de tropiezos, resbalones y caídas, sobre todo en superficies húmedas o irregulares.
🟢 Qué hacer:
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Optar por calzado cerrado, cómodo y con suela antideslizante.
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Evitar pantuflas abiertas, tacones o sandalias sin ajuste.
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Asegurarse de que el zapato sujete bien el pie y no cause presión ni ampollas.