Corta las papas en trozos medianos.
Hiérvelas en el litro de agua durante 25-30 minutos.
Deja enfriar, cuela y guarda el líquido en un frasco de vidrio.
Modo de consumo:
Bebe un vaso en ayunas o antes de cada comida durante 7 a 10 días. Puedes agregar unas gotas de limón si lo deseas.
Receta 2: Agua de papa cruda (jugo medicinal)
Ingredientes:
1 papa cruda (orgánica si es posible)
Medio vaso de agua
Preparación:
Pela y ralla la papa.
Exprime el jugo con una tela fina.
Mezcla con medio vaso de agua y bebe de inmediato.
Modo de consumo:
Tómalo en ayunas durante 5 días consecutivos. No excedas este periodo sin consultar a un profesional.
Receta 3: Agua de papa para uso externo
Ingredientes:
1 papa cruda
1 taza de agua
Preparación:
Licúa la papa con el agua.
Cuela el líquido y aplica según necesidad.
Modo de uso externo:
Piel: para manchas, quemaduras o acné, aplicar con algodón.
Cabello: masajear el cuero cabelludo antes del lavado. Dejar actuar 20 minutos y enjuagar.
Manos/pies cansados: usar como agua de remojo por 15 minutos.
Principales beneficios del agua de papa
Antiinflamatorio natural: alivia artritis, gastritis, quemaduras o hinchazón.
Regula la presión arterial: su potasio ayuda a estabilizar la tensión.
Mejora la digestión: alivia reflujo, acidez y úlceras.
Desintoxica el cuerpo: limpia hígado, riñones y purifica la sangre.
Alivia el estreñimiento: actúa como laxante suave.
Combate la gastritis: especialmente eficaz en ayunas.
Hidrata la piel: ideal para piel seca, con rosácea o sensible.
Reduce ojeras y bolsas: aplicada fría, desinflama y aclara la zona.
Aclara manchas y cicatrices: mejora la apariencia de la piel.
Fortalece el cabello: estimula el crecimiento y reduce la caída.
Aporta brillo capilar: funciona como acondicionador natural.
Alivia quemaduras solares: regenera la piel dañada por el sol.
Reduce el colesterol: especialmente el tipo LDL.
Controla la glucosa: en consumo moderado y guiado.
Fortalece el sistema inmune: gracias a la vitamina C.
Alivia dolores articulares: aplicado como compresa tibia.
Acelera la cicatrización: mejora la regeneración celular.