Instrucciones
Preparación del pollo: Seca bien las alitas de pollo con papel absorbente. Este paso es fundamental para conseguir una textura crujiente óptima.
Sazonar: En un tazón grande, mezclar las alitas deshidratadas con aceite de oliva. En un tazón pequeño, mezclar la sal, la pimienta, el ajo en polvo, el pimentón y la cebolla en polvo (y el polvo de hornear, si se usa). Espolvorear la mezcla de condimentos sobre las alitas y mezclar hasta que estén bien cubiertas.
Precalentar la freidora de aire: Precaliente su freidora de aire a 190 °C (380 °F) durante 3-5 minutos.
Preparación: Coloca las alitas en una sola capa en la cesta de la freidora de aire, asegurándote de que no se toquen ni estén amontonadas (cocínalas en tandas si es necesario). Fríelas durante 25-28 minutos, dándoles la vuelta a la mitad del tiempo de cocción.
Final crujiente opcional: Para obtener alitas con una piel extra crujiente, aumente la temperatura de la freidora de aire a 400 °F (200 °C) y cocine durante 3 a 5 minutos más.
Para servir: Coloca las alitas calientes en un tazón limpio. Vierte la salsa que prefieras sobre ellas y mézclalas suavemente para que se impregnen bien. Sírvelas inmediatamente con palitos de apio y zanahoria, y tu aderezo favorito, como ranch o queso azul.
Consejos del chef para el éxito
: El secreto para unas alitas crujientes: Eliminar toda la humedad de la superficie es la regla número uno. ¡No olvides secarlas bien con palmaditas!
El poder del polvo de hornear: Para lograr una textura que rivalice con la de las alitas fritas, agregar una cucharadita de polvo de hornear al adobo seco marca una diferencia notable al elevar el pH de la piel y mejorar el dorado.
Consejo para la salsa: Siempre baña las alitas en salsa después de cocinarlas. Si las bañas antes, la piel quedará blanda y cocida al vapor.
Evite sobrecargar las alas: Dejar espacio entre ellas permite una correcta circulación del aire, esencial para una cocción y un dorado uniformes.
