Cuidados básicos del Anthurium
Luz: esta planta necesita mucha claridad, pero siempre de forma indirecta. Una ventana orientada al este o al sur es ideal, ya que la luz suave estimula la floración sin dañar las hojas.
Riego: el Anthurium prefiere la humedad constante. La tierra debe estar húmeda al tacto, pero nunca encharcada. El exceso de agua provoca pudrición en las raíces. Lo mejor es regar dos veces por semana en verano y reducir en invierno.
Humedad ambiental: proviene de regiones tropicales, por lo que se beneficia de ambientes húmedos. Pulverizar sus hojas con agua, colocar un humidificador o agrupar varias plantas ayuda a recrear esas condiciones.
Temperatura: se desarrolla mejor entre los 18 y 25 °C. No soporta corrientes de aire ni cambios bruscos de temperatura.
Mantenimiento: limpiar las hojas con un paño húmedo mejora la fotosíntesis y le da un brillo natural. Trasplantar cada dos años a una maceta más grande también estimula su vitalidad.
Un Anthurium bien cuidado y fortalecido con la ayuda de la ceniza puede florecer durante todo el año.
Así, no solo aporta color y frescura a tu hogar, sino que también se convierte en una planta duradera y resistente, capaz de alegrar cualquier espacio por mucho tiempo.