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Protégete: Colócate guantes si lo deseas, especialmente si tu piel es sensible.
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Aplica la vaselina: Pon un poco de vaselina sobre un paño de microfibra. Recuerda que con poco es suficiente.
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Frota la superficie: Pasa el paño sobre tu estufa. La vaselina suavizará y levantará las manchas de grasa.
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Para manchas difíciles: Usa lana de acero (quad zero) con suavidad para eliminar residuos persistentes. Evita presionar demasiado para no rayar la superficie.
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Limpia el exceso: Con un paño limpio, retira cualquier residuo de vaselina y grasa. Verás que la estufa queda limpia y brillante.
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Repite si es necesario: Para manchas antiguas o muy incrustadas, repite el proceso hasta lograr el resultado deseado.
La capa protectora de vaselina
Además de limpiar, la vaselina deja una capa protectora sobre la estufa, que actúa como barrera contra la acumulación futura de grasa y suciedad. Esto hace que las tareas de limpieza regulares sean mucho más fáciles y rápidas.