Paso 1.
En un bol grande, coloca la harina, los huevos, la sal, el aceite, el vinagre y el agua. Amasa hasta obtener una masa suave y homogénea. Deja reposar durante 15 minutos.
Paso 2.
Divide la masa en 12 porciones iguales y deja reposar nuevamente otros 15 minutos.
Paso 3.
Con ayuda de un rodillo, estira cada porción formando pequeños círculos finos. Coloca una capa sobre otra, espolvoreando ligeramente con harina entre cada una.
Paso 4.
Vuelve a estirar toda la pila de masa hasta obtener un rectángulo grande y fino.
Paso 5.
Recorta los bordes para dejar la masa uniforme.
Paso 6.
Engrasa un molde y coloca las capas de masa una a una, pincelando cada capa con mantequilla derretida.
Paso 7.
Cuando hayas colocado la mitad de las capas, añade las nueces picadas uniformemente sobre la masa.
Paso 8.
Sigue colocando las capas restantes, pincelando cada una con mantequilla. Al finalizar, corta el pastel en cuadrados o rombos pequeños antes de hornear.
Paso 9.
Vierte el resto de la mantequilla derretida sobre la superficie.
Paso 10.
Hornea a 180°C (360°F) durante aproximadamente 60 minutos, hasta que esté dorada y crujiente.
Paso 11.
Mientras tanto, prepara el almíbar: calienta el agua, el azúcar y el jugo de limón en una olla a fuego medio. Cocina hasta que espese ligeramente.
Paso 12.
Una vez que la baklava esté lista, viértele el almíbar caliente apenas la saques del horno. Deja reposar para que absorba el jarabe.
Paso 13.
Sirve a temperatura ambiente y disfruta de esta delicia tradicional.
🍯 Consejos:
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Para un toque aromático, añade canela o agua de azahar al almíbar.
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Puedes usar una mezcla de nueces, pistachos y almendras para variar el sabor.
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Guarda la baklava en un recipiente hermético: se mantiene perfecta durante varios días.