2. Prepara la base cremosa
Esta mezcla es el corazón de la bebida: dulce, suave, fresca y armoniosa.
En un tazón grande, mezcla la nata, la leche evaporada (o fresca) y la leche condensada.
Remueve bien hasta que la mezcla sea uniforme, cremosa y ligeramente espesa.
Agrega el cóctel de frutas escurrido o tus frutas frescas favoritas cortadas en cubos pequeños. Las frutas tropicales como mango, piña o papaya combinan especialmente bien.
Incorpora suavemente las perlas de tapioca cocidas.
Por último, añade los cubitos de gelatina de colores. Mezcla con cuidado para evitar que se rompan.
Consejo: Prueba la mezcla antes de añadir la gelatina y ajusta el dulzor si lo deseas.
3. Refrigera y sirve
Reparte la mezcla en vasos o copas grandes.
Lleva al refrigerador durante al menos 1 hora para que los sabores se integren y la bebida alcance una temperatura bien fría.
Antes de servir, puedes decorar con hojas de menta, fruta adicional o incluso un toque extra de gelatina.
El resultado es una bebida festiva, colorida y deliciosamente indulgente.
Sugerencias para servir
Sirve la bebida en vasos transparentes para lucir los colores vibrantes de la gelatina.
Ideal como postre frío, especialmente en días calurosos.
Perfecta para cumpleaños, reuniones familiares, fiestas infantiles y cualquier celebración donde quieras ofrecer algo llamativo y diferente.
Puedes añadir hielo picado si quieres una bebida aún más refrescante.
Consejos de cocina para mejores resultados
Deja que la gelatina cuaje por completo antes de cortarla. Si está blanda, se deshará dentro de la bebida.
Remueve con suavidad al mezclar todo para no romper los cubitos de gelatina.
Cocina las perlas de tapioca en abundante agua, removiendo de vez en cuando para evitar que se peguen entre sí.
Si prefieres un sabor menos dulce, reduce la cantidad de leche condensada.
Si quieres que la bebida sea más líquida, añade más leche fresca; si la quieres más espesa, aumenta la nata.