El kéfir contiene entre 15 y 50 tipos distintos de bacterias y levaduras beneficiosas que fortalecen la microbiota intestinal. Estas bacterias ayudan a:
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Reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés).
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Estimular la producción de serotonina, que mejora el humor y calma la mente.
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Favorecer la síntesis natural de melatonina, la hormona que regula el sueño.
Con el paso de los días, el cuerpo se acostumbra a dormir mejor, el descanso se vuelve más profundo y uno se levanta más despejado y con mejor ánimo.
Consejos adicionales
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Constancia: el efecto es acumulativo. Bebe medio vaso cada noche durante al menos dos semanas.
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Elige bien el kéfir: busca uno natural, sin azúcares añadidos ni sabores artificiales.
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Alternativa sin lácteos: si eres intolerante, puedes usar kéfir de agua, aunque el de leche suele ofrecer mejores resultados para el sueño.
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Evita combinarlo con comidas pesadas o alcohol antes de dormir, ya que pueden interferir con la digestión y el efecto relajante.
Dormir bien no requiere fórmulas mágicas ni tratamientos costosos. A veces, una simple bebida natural puede ser suficiente para que vuelvas a dormir de un tirón y te despiertes con una sonrisa.