El caldo de res puede ser una excelente adición a la dieta, siempre que se prepare con cuidado y se consuma con moderación. Sus propiedades nutritivas —como la aportación de colágeno— lo convierten en un aliado para el bienestar, pero es fundamental minimizar los posibles riesgos como el exceso de sodio, grasa o contaminantes.
¡La clave esté en su calidad, forma de elaboración y la frecuencia de consumo!