1. Marina la carne
En un bol grande, mezcla la salsa de soja, el vinagre, la miel, la pimienta, el pimentón y un poco de sal.
Agrega los filetes de cerdo y mézclalos bien con las manos para que se impregnen del adobo.
Cubre y deja reposar al menos 30 minutos (si puedes, 2 horas en refrigeración será ideal para que absorban bien el sabor).
2. Dora la carne
Calienta el aceite en una sartén grande a fuego medio-alto.
Coloca los filetes y cocínalos por ambos lados hasta que estén bien dorados y caramelizados.
No los muevas demasiado: deja que se sellen para conservar los jugos.
Retira la carne y resérvala.
3. Prepara la cebolla y el ajo
En la misma sartén, añade un poco más de aceite si es necesario.
Agrega los aros de cebolla y sofríelos durante 5 a 7 minutos, hasta que se vuelvan transparentes y empiecen a caramelizarse.
Añade el ajo laminado y cocina 1 minuto más, cuidando que no se queme.
4. Forma la salsa
Devuelve los filetes a la sartén, mezcla con la cebolla y el ajo, y vierte una taza de agua caliente o caldo.
Deja cocinar a fuego lento durante 10-15 minutos, hasta que el líquido se reduzca y forme una salsa espesa y brillante.
El resultado debe ser una carne tierna, impregnada de una salsa con un toque dulce y salado irresistible.