1. Preparar la crema pastelera
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En un cazo, calienta la leche junto con la mantequilla hasta que esta se derrita.
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En otro recipiente, bate las yemas con el azúcar, la maicena y la vainilla hasta obtener una mezcla homogénea.
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Vierte poco a poco la leche caliente sobre la mezcla de yemas mientras remueves constantemente.
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Lleva todo al fuego y cocina a temperatura media sin dejar de remover hasta que espese.
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Retira del fuego, cubre con film transparente (tocando la superficie) y deja enfriar completamente.
2. Preparar la masa
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En un bol grande, mezcla la harina con la levadura seca, el azúcar y la sal.
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Añade la leche tibia y el huevo, y mezcla hasta integrar todos los ingredientes.
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Agrega la mantequilla ablandada y amasa durante unos 10 minutos, hasta obtener una masa suave, elástica y ligeramente pegajosa.
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Cubre el bol con un paño limpio y deja reposar durante 60 a 90 minutos, o hasta que la masa duplique su tamaño.
3. Formar los bollos
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Divide la masa en 8 porciones iguales y forma pequeñas bolas.
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Aplana ligeramente cada una, coloca una cucharada de crema pastelera en el centro y cierra bien los bordes para formar un bollo relleno.
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Colócalos en una bandeja con papel de hornear, dejando espacio entre ellos.
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Cúbrelos y deja reposar 30 minutos más, para que vuelvan a crecer.
4. Hornear
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Precalienta el horno a 180°C (356°F).
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Pincela los bollos con un poco de huevo batido para darles brillo.
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Hornea durante 25-30 minutos, hasta que estén dorados y fragantes.
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Déjalos enfriar sobre una rejilla y decora con un poco más de crema pastelera por encima, si lo deseas.