Cubra los bollos formados ligeramente con un paño y déjelos reposar durante 15-20 minutos para un segundo levado breve. Mientras tanto, precaliente el horno a 180°C (350°F). Si lo desea, puede pincelar la superficie de cada bollo con huevo batido o leche para obtener un acabado más brillante. Hornee durante 20-25 minutos hasta que los bollos estén dorados en la superficie y al golpear suavemente la base suenen huecos, indicando que están completamente cocidos.
Variantes
Bollos con Pasas: Agregue ½ taza de pasas remojadas y escurridas a la crema de requesón para añadir textura y dulzura frutal.
Versión con Ralladura Cítrica: Incorpore ralladura de limón o naranja tanto a la masa como a la crema para un perfil aromático más fresco y vibrante.
Con Cobertura de Azúcar Glass: Una vez fríos, espolvoree los bollos con azúcar glass tamizado para una presentación más elegante y dulce.
Relleno de Chocolate y Requesón: Añada 2 cucharadas de cacao en polvo y 50 gramos de chocolate picado a la crema de requesón para una versión más indulgente.
Consejos de Cocina
La temperatura de la leche es crítica para activar correctamente la levadura. Debe sentirse agradablemente tibia al tacto pero nunca caliente, aproximadamente la temperatura corporal. Muy caliente matará la levadura y la masa no crecerá.
Al amasar, sea paciente y dedique el tiempo completo. Una masa bien amasada desarrolla el gluten necesario para una textura perfecta y la capacidad de retener el gas producido por la levadura.
Asegúrese de que la crema de requesón esté completamente fría antes de rellenar los bollos. Una crema caliente derretirá la masa y dificultará el sellado, además de poder afectar la fermentación.
No sobrecargue los bollos con relleno. Demasiada crema hará que se salga durante el horneado y los bollos no cerrarán correctamente.
Sugerencias de Servicio
Sirva estos Bollos Rellenos de Crema de Requesón tibios o a temperatura ambiente, idealmente el mismo día de su preparación cuando están en su punto máximo de frescura. Son perfectos acompañados de una taza de té caliente, café con leche o chocolate caliente.
Para el desayuno, son excelentes con un poco de mermelada adicional o miel. En la merienda, combínelos con frutas frescas como fresas o arándanos que complementan maravillosamente el sabor lácteo del requesón.
Estos bollos son ideales para llevar en una canasta a un picnic o reunión familiar, ya que se transportan bien y son perfectos para comer con las manos.
Astucias