Existen recetas que atraviesan el tiempo sin perder nunca su magia. Esta, transmitida de generación en generación durante más de 60 años, es uno de esos tesoros culinarios que se guardan con cariño. Estos buñuelos caseros, a la vez esponjosos, ligeros y crujientes, son una auténtica maravilla. Ya sea para el desayuno, la merienda o una reunión familiar, siempre tienen un éxito enorme.
Ingredientes
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500 g de harina tamizada
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250 ml de leche tibia
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2 huevos
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60 g de azúcar
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1 sobre de levadura seca de panadería (o 25 g de levadura fresca)
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60 g de mantequilla derretida
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1 pizca de sal
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Aceite para freír
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Azúcar glas o azúcar normal para espolvorear