-
Activar la levadura
Mezcla la levadura con un poco de leche tibia y una cucharadita de azúcar. Deja reposar 10 minutos hasta que se vuelva espumosa. -
Preparar la masa
En un bol grande, bate los huevos con el azúcar y el resto de la leche. Añade la levadura activada, la mantequilla derretida y la harina poco a poco. Amasa hasta obtener una masa suave y elástica (unos 10 minutos). -
Primer levado
Cubre la masa con un paño limpio y deja reposar en un lugar cálido durante 1 hora o hasta que doble su volumen. -
Formar los buñuelos
Estira la masa sobre una superficie ligeramente enharinada. Corta círculos con un cortapastas o un vaso. Colócalos en una bandeja enharinada y deja reposar otros 20 minutos. -
Freír
Calienta abundante aceite en una sartén. Fríe los buñuelos en tandas pequeñas hasta que estén dorados e inflados por ambos lados. Escúrrelos sobre papel absorbente. -
Acabado
Espolvorea inmediatamente con azúcar glas o pásalos por azúcar normal para un toque más goloso.
Trucos de los maestros panaderos
-
Para un aroma extra, añade unas gotas de vainilla o ralladura de limón a la masa.
-
Sírvelos tibios con mermelada, chocolate fundido o miel.
-
Si los prefieres rellenos, inyecta crema pastelera o mermelada después de freírlos.
Conclusión
Esta receta tradicional de buñuelos con más de 60 años de historia demuestra que las cosas simples suelen ser las mejores. Esponjosos, aireados y ligeramente crujientes, son una auténtica explosión de sabor y recuerdos de infancia. Una vez que los pruebes, entenderás por qué han pasado de generación en generación sin perder su encanto.