1. Prepara la calabaza
Ralla la calabaza con un rallador grueso. Colócala sobre un colador y deja escurrir el exceso de líquido.
Presiona suavemente con una cuchara o un paño limpio para eliminar la mayor cantidad de agua posible.
2. Mezcla los ingredientes
En un bol grande, bate los huevos con la sal, el aceite de oliva, el queso parmesano, el agua y la harina hasta obtener una masa uniforme.
3. Incorpora la calabaza
Agrega la calabaza rallada a la mezcla anterior y remueve bien. Luego añade la levadura en polvo y mezcla nuevamente hasta obtener una masa espesa y homogénea.
4. Fríe los buñuelos
Calienta abundante aceite vegetal en una sartén profunda (aprox. 175 °C).
Con una cuchara, toma porciones de masa y fríelas durante 4–5 minutos, hasta que los buñuelos estén dorados y crujientes por fuera.
Escúrrelos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
5. Sirve y disfruta
Sírvelos calientes acompañados de una salsa de yogur con ajo y limón o, si prefieres una versión dulce, con un toque de azúcar y canela.
💡 Consejos y variaciones
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Usa una calabaza de pulpa firme (como la Butternut o la de cuello largo) para un rallado más fácil.
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Evita calentar demasiado el aceite: si está muy caliente, los buñuelos se dorarán por fuera y quedarán crudos por dentro.
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Para una versión dulce: omite el queso parmesano, añade 1 cucharada de azúcar morena y espolvorea con azúcar y canela al final.
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También puedes acompañarlos con un glaseado de queso crema: mezcla 4 oz (115 g) de queso crema, ½ taza de azúcar glas, 1 cucharadita de vainilla y 3–4 cucharadas de leche.