Cuando Patricia ve la carita de su bebé por primera vez, queda maravillada. Literalmente. Cabello blanco como la nieve, ojos de un azul intenso… Redd es diferente a cualquier otro recién nacido. Aunque al principio la asombra, no tiene ni idea del difícil, pero también enriquecedor, viaje que le espera a su familia. Porque tras esta apariencia única se esconde una realidad aún desconocida: el albinismo.
Un bebé “diferente”, ¿y qué?
Todo comenzó en 2012, cuando nació Redd. Sus rasgos eran intrigantes : un cabello blanco deslumbrante y ojos casi translúcidos. Patricia y su esposo inicialmente sospecharon una simple peculiaridad genética. Pero unos movimientos oculares inusuales despertaron sus sospechas. Tras varias consultas, se llegó al diagnóstico: Redd tenía albinismo oculocutáneo tipo 1 (OCA1), una forma rara que afecta aproximadamente a 1 de cada 17.000 personas.
En este preciso momento, comienza una nueva aventura. Una aventura llena de descubrimientos, adaptaciones y mucho amor.
Vivir con albinismo: un día a día para reinventar
Lejos de la creencia popular, el albinismo no se trata solo de apariencia. Provoca hipersensibilidad al sol, problemas de visión y fragilidad a los ojos de los demás. La vida familiar cambia rápidamente: gafas de sol, protector solar FPS 50+ , sombreros de ala ancha… El atuendo de Redd es único.
Pero a veces lo más difícil es lo que no se ve : los comentarios hirientes, las burlas en la escuela o en la calle. Por suerte, Patricia y su esposo están ahí, firmes como pilares. Su apoyo se convierte en la armadura de su hijo, su bondad, su fuerza motriz.