El problema es que creemos que eso es “estrés” o “cansancio normal”.
Y cuando por fin entendemos que era el corazón… ya es demasiado tarde.
La verdad es dura:
la comida ultraprocesada, el azúcar en exceso, el alcohol, el tabaco y la vida sedentaria están enfermando corazones cada vez más jóvenes.
Y lo peor: muchos ni siquiera se hacen chequeos porque “se sienten bien”.
Pero hay salida.
Tu corazón puede sanar si cambias tus hábitos hoy:
• 30 minutos diarios de movimiento real.
• Dormir mínimo 7 horas sin pantallas.
• Comer más natural, menos empaque.
• Y hacerte un electro o análisis básico cada año.