Mezclar los ingredientes:
En el vaso de la licuadora, agrega la lata de leche condensada (ajusta según tu gusto), la leche evaporada y los 200 g de queso crema. Licúa todo por un par de minutos hasta que la mezcla esté suave y homogénea.
Sin dejar de licuar, añade poco a poco el jugo de limón. Este ingrediente hará que la mezcla espese ligeramente gracias a la reacción del ácido con el queso y las leches. Sigue licuando hasta que todo esté bien integrado.
Montar la Carlota:
Unta una pequeña cantidad de la mezcla de limón en el fondo del molde que vas a usar, esto ayudará a que la primera capa de galletas se adhiera bien.
Coloca una capa de galletas Marías cubriendo el fondo del molde. Luego, agrega una capa del licuado de limón encima de las galletas.
Repite el proceso formando varias capas alternas de galletas y mezcla de limón, hasta llenar el molde o alcanzar la cantidad deseada. Es importante terminar con una buena capa de la mezcla de limón en la parte superior para darle un acabado cremoso.
Refrigerar:
Lleva la Carlota al refrigerador y déjala enfriar por unas horas. Esto permitirá que las galletas absorban el licuado y que la mezcla se endurezca un poco, creando una textura perfecta y fresca.
Decorar y servir:
Una vez fría, decora con ralladura de limón para darle un toque cítrico extra y, si lo deseas, puedes añadir algunas rodajas de limón encima para darle un acabado más elegante.
Sirve bien fría y disfruta de este postre delicioso y refrescante. ¡Perfecto para cualquier ocasión!
Consejos para una Carlota Perfecta