No obstante, los especialistas destacan que existe una herramienta altamente eficaz para prevenir la enfermedad tras una posible exposición. La profilaxis posexposición (PEP), aplicada lo antes posible en personas no vacunadas, incluye el lavado inmediato de la herida, la administración de inmunoglobulina antirrábica y un esquema de cuatro dosis de vacuna. Gracias a estas medidas, el número de muertes humanas por rabia en Estados Unidos se mantiene bajo, con menos de diez fallecimientos al año.
Este caso, considerado excepcional, vuelve a poner en foco la importancia de los controles sanitarios, la notificación temprana de exposiciones a animales salvajes y la coordinación entre los sistemas de donación de órganos y las autoridades de salud para minimizar riesgos y proteger la seguridad de los pacientes.