Ceniza de Leña – El polvo gris que guarda la sabiduría del rancho

En el rancho, nada se desperdiciaba.
Cuando se apagaba el fogón o el comal, quedaban las brasas y entre ellas, la ceniza.
Lo que muchos hoy ven como simple desecho, antes era considerado un verdadero tesoro: servía para curar, limpiar, cocinar, proteger las cosechas e incluso cuidar a los animales.

Nuestras abuelas sabían que la ceniza de leña estaba llena de minerales como potasio, calcio, magnesio y carbonatos, que no solo ayudaban en la limpieza, sino también al cuerpo y a la tierra. Ese conocimiento era heredado, transmitido de generación en generación, y aún en muchos pueblos sigue vivo.


🔹 Remedios caseros con ceniza

👉 Para curar heridas y picaduras
En el campo, cuando no había botiquín, se usaba la ceniza limpia y fresca del fogón.
Se espolvoreaba sobre la herida para detener el sangrado y proteger contra infecciones.
En caso de picaduras de abeja o avispa, se mezclaba con un poco de agua hasta formar una pasta que calmaba el ardor.

👉 Para la acidez y el dolor de estómago
Algunas familias disolvían una pizca de ceniza en agua como remedio de emergencia contra la acidez.
Los carbonatos de la ceniza ayudaban a neutralizar los ácidos del estómago y brindaban alivio rápido.

👉 Para la salud bucal
El agua con ceniza se usaba como enjuague para encías inflamadas o dolor de muelas.
Incluso, frotar suavemente la ceniza sobre los dientes servía como blanqueador natural.


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