Muchos adultos mayores dependen de medicamentos sedantes-hipnóticos como el zolpidem o fármacos más antiguos como el diazepam. Estas pastillas ralentizan todo el sistema nervioso, incluyendo la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que reduce la capacidad del cuerpo para responder al estrés o las necesidades de oxígeno durante el sueño.
Estos medicamentos pueden causar apnea del sueño o empeorar la apnea existente, sometiendo al corazón a una carga excesiva y potencialmente provocando alteraciones peligrosas del ritmo cardíaco. También pueden interferir con medicamentos esenciales para el corazón, como los betabloqueantes.