El efecto abrasivo de la sal ayuda a limpiar y pulir los dientes.
Ingredientes:
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1 diente de ajo
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1 cucharadita de sal fina
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Un poco de agua tibia
Preparación y uso:
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Tritura el ajo y mézclalo con la sal.
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Agrega unas gotas de agua hasta formar una pasta.
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Aplica sobre los dientes 1–2 minutos, cepilla suavemente y enjuaga con agua tibia.
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Puede usarse una vez por semana.
3. Ajo como enjuague bucal
Para quienes prefieren no aplicar pasta, el ajo puede usarse en forma de enjuague.
Ingredientes:
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1 diente de ajo
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1 vaso de agua caliente
Preparación y uso:
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Tritura el ajo y déjalo infusionar en agua caliente 5–10 minutos.
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Filtra y usa solo el líquido como enjuague, gargareando 30 segundos a 1 minuto.
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Enjuaga con agua clara. Puede usarse después de cada cepillado para un efecto antibacteriano y blanqueante leve.